“ Una Sola Cosa
te Falta”
El recuerdo más antiguo, la primera vez que
escuché este evangelio que hizo una impresión en mi ,
Y fue cuando estudiaba latín en mis
años de escuela superior. No puedo recordar exactamente si fue al final del
primer año o durante el segundo año. Si se que me impresionó y nunca lo he
podido olvidar.
En mi imaginación veía el joven
acercarse a Jesús y preguntarle qué debía hacer para ganar la vida eterna.
Jesús le responde que debe guardar los mandamientos y el joven afirma que lo ha
hecho desde una temprana edad. Y Jesus le da una mirada de amor y le dice, “
sólo una cosa de falta… “ Y el joven se marcha triste porque poseía mucho…
A través del tiempo he podido
estudiar, reflexionar y entender un poco
más del mensaje de esta escena.
El joven que tanto poseía todavía no
estaba satisfecho; algo le faltaba. Es posible que su manera de observar los
mandamientos era sencillamente una manera de no cometer ciertos actos para así
ganarse la vida eterna. “Si observo las reglas, si me porto bien, recibiré el
premio al final de la jornada,” pensaría.
No importa esa posible postura, Jesús
le da una mirada de amor. Jesús nos ama tal y como somos aunque ciertamente
sabe lo que podríamos ser. Lo que podríamos ser, el potencial que Dios ha
puesto en cada uno de nosotros. Esto es, lo que Dios desea que tú y yo seamos.
El joven se marcha triste. Muchas
veces me he preguntado, .¿ Y qué sería de él? Me gustaría pensar que usó sus
bienes para ayudar a los demás, que continuó observando los mandamientos y que
no hizo de sus posiciones su dios.
Pero la consideración de este
evangelio también nos lleva a cada uno de nosotros a preguntarnos,¿ qué es lo
que me hace falta para ser lo que Dios quiere que yo sea?
La gente que hablamos español hemos
venido a los Estados Unidos buscando unas mejores condiciones de vida. Hemos
venido al país de la abundancia, donde parece que no carecemos de nada, de
ningún bien material. Corremos el peligro de convertir los bienes materiales,
el ganar dinero, el tener más, en el objetivo principal de nuestra vida.
Ciertamente los bienes materiales son
un regalo de Dios. Debemos usarlos para nuestro bienestar y el de nuestras
familias, debemos compartirlos sobre todo con los necesitados, pero no podemos
permitir que el dinero y las cosas que podemos comprar con él, se adueñan de
nosotros.
¿ Cómo vamos a descubrir esa una sola
cosa que es necesaria para cada uno de nosotros? Éste es el trabajo de toda
nuestra vida. Lo logramos mediante la oración. Pero no podemos esperar
respuestas inmediatas y directas a nuestra oración. Se trata de un discernimiento
diario, de abrirnos a la voluntad de Dios para que él nos dirija.” aquí estoy,
Señor, para hacer tu voluntad”.
Qué Padre, el Hijo, y el espíritu
Santo sea glorificados en todas partes por la Inmaculada virgen María.
El caballero de Nuestra Señora
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