LLAMADOS Y ENVIADOS
Lucas,10,
1-12 This coming week's Gospel Reflection 7.3.22
Cada vez qué escucho este pasaje del evangelio, en el
cual Jesús designó y envió otros 72 discípulos a proclamar el Reino y les
ordenó no llevar nada con ellos; ni dinero, ni morral…pienso en la persona y el
ministerio de San Francisco de Asís. El tomó el consejo evangélico de no llevar
nada para el camino, al pie de la letra y exhortó a sus discípulos hacer lo
mismo. San Francisco es el modelo del ideal de pobreza evangélica por
excelencia y el hombre de paz por excelencia.
Recuerdo aquel
momento en la vida del santo cuando invitó a uno de los hermanos a acompañarle
a predicar el Reino. Caminaron por el pueblo, se encontraron varias personas y
regresaron a casa. Cuando el hermano le preguntó, ¿hermano Francisco, cuando vamos
a hacer la prédica? Él respondió, “es lo que hemos estado haciendo toda la
mañana “. Esto es, predicar con el ejemplo de nuestra vida. predicar por lo que somos.
Recuerdo el
ejemplo del santo Padre, el Papa Francisco quien escogió el nombre del santo de
Asís para que fuera su modelo, eligió vivir en la casa santa Marta, no en el
palacio de los papas y viste una sencilla sotana blanca, abandonando toda
vestimenta, todo ornamento que pueda dar la impresión de ostentavión.
Recuerdo el
ejemplo de vida de los misioneros de esta diócesis, sacerdotes y dos hermanas
religiosas de las Josefinas de Brentwood, que fueron comisionados y enviados, a
mediado de los años 80, por el señor Obispo McGann, de feliz memoria, a un
lugar remoto de la República Dominicana, cerca de la frontera con Haití.
Más de 25
años más tarde cuando personas de esta diócesis íbamos a visitarlos para vivir
una experiencia misionera, nos encontrábamos que nunca estábamos seguros de que
habría corriente eléctrica y /o agua corriente al regresar a la casa parroquial.
Y de agua caliente, ni hablemos.
Nos preguntábamos,
¿cómo serían las condiciones de vida 25 años antes cuando los misioneros de
nuestra diócesis llegaron allí por primera vez? Nosotros por lo general,
permanecíamos allí de miércoles a domingo. Regresaríamos a casa a todas las
comodidades de la vida en nuestro país.
Pero los
misioneros, sacerdotes y hermanas religiosas y una misionera laica, permanecían
allí viviendo a la manera de la gente a quienes quieren llevar la palabra de
Dios.
¿Qué nos está
diciendo Dios a ti, amiga/o lector, y a mi mediante este pasaje evangélico
sobre la manera como debemos prepararnos para anunciar el Reino?
Deseo que este
fin de semana en que celebramos la independencia de esta nación, demos gracias
a Dios por todos los beneficios materiales y por los valores que la nación representa,
especialmente la libertad y la Paz.
El Caballero de Nuestra Seeñora
