DOMINGO DE RAMOS
April 10, 2022 - Palm Sunday
Reflection
LK 22: 14-23:56
Jerusalén está
rodeada de montañas. Recuerdo claramente
haber estado en una de ellas por la cual pasa el camino de Betania por donde
Jesús comenzó, montado en un borrico, su entrada a Jerusalén.
Desde esa altura
se puede contemplar la ciudad santa amurallada y también las puertas que
permiten la entrada a ella. Me imaginaba a Jesús montado en el borrico que, nos
dice San Lucas, que los discípulos cubrieron con mantas mientras la gente,
entusiasmada, tapizaba el camino con ramas y agitando otras ramas alaban a Dios
y entonaban el mismo canto de los ángeles el día del nacimiento de Jesús,
“Gloria Dios en las alturas y en la tierra paz a las hombres de buena
voluntad”.
Sabemos que,
desafortunadamente, ese grito de “¡hosanna,” que la multitud emitía entusiasmada
ese día se convierte en “ ¡crucifica le, !“ unos días más tarde.
El Domingo de
Ramos marca el final de los 40 días de preparación cuaresmal y el comienzo de
la Semana Mayor, la semana Santa.
Las Misas del
Domingo de Ramos aquí en nuestra parroquia de Santa Brígida estarán repletas de
personas que vendrán a recibirlos ramos y agitarlos cantando, “¡Hosana!” al
igual que aquellos hebreos de la época de Jesús.
Es que para
nosotros, la Semana Santa es verdaderamente la Semana Mayor. Tanto en España
como en los países de nuestra América Latina, celebramos de manera especial.
El Viernes Santo
es un día de fiesta nacional en todos y cada uno de los países donde se habla
español. En algunos países. también el jueves es día de fiesta nacional. Las
procesiones, en algunas partes, comienzan hasta el mismo Lunes Santo y
continúan todos los días santos. Las más grandes son las del Viernes Santo.
Se adornan las
calles por dónde va a pasar la procesión con alfombras a veces hechas de
pétalos de flores o por lo menos hechas con aserrín o con arena pintada de
colores.
Pero al llegar
aquí a los Estados Unidos nos encontramos muy pocas de estas celebraciones. En
la sociedad civil, la Semana Santa es una semana como cualquier otra y el Viernes
Santo es un día de trabajo como cualquier otro.
Gracias a Dios
que en la parroquia Santa Brígida por la presencia de la comunidad italiana,
siempre se ha celebrado ceremonias tales como el Vía Crucis viviente en las calles. Y muy pronto en la
historia de nuestra comunidad hispana comenzamos a tener la procesión del Santo
entierro el Viernes Santo y la que es más importante, la procesión con el
Santísimo Sacramento después de la liturgia del j\Jueves Santo.
En las
parroquias donde hay presencia hispana, como en Hempstead, Brentwood, Central
Islip, Patchogue y tantas otras, se celebra la procesión del Santo entierro y
el Vía Crucis dramatizado.
Damos Gracias a
Dios, no solamente por nosotros porque estas prácticas nos ayudan a mantener
nuestra vida espiritual y a orar más intensamente durante estos días, sino que
también ayudan a nuestros hijos e hijas a vivir los misterios de nuestra fe
durante esos días y a mantenerlos vivos en su memoria.
Por nuestra
parte, tenemos que recordar que tanto nuestro caminar, nuestro peregrinar por
los 40 días de Cuaresma, como la Semana Santa misma nos preparan para la gran
fiesta de la Resurrección, la fiesta más importante de nuestra fe cristiana.
Jesús padeció y
murió pero resucitó para vencer el pecado y la muerte y para asegurarnos que
también nosotros resucitaremos.
La tarea, el
reto de la vida cristiana es el vivir constantemente en la presencia del Señor.
Mediante nuestros bautismos nos hemos convertido en hijos e hijas amantísimos
de Dios padre y y templos del espíritu Santo. El espíritu de Dios habita en
cada uno de nosotros.
Estar
conscientes de esa presencia divina en nosotros es la esencia de la vida
cristiana. ¡Que estas celebraciones de la Semana Mayor nos ayuden a caer en
cuenta de esa presencia del Espíritu Santo en lo más íntimo de nuestro ser!
Que as sea.
El Caballero de Nuestra
Señora
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