Thursday, June 12, 2025

 

Solemnidad de la santísima Trinidad

 

El domingo pasado celebramos la gran fiesta de Pentecostés, la venida del espíritu Santo sobre los apóstoles y el nacimiento de la iglesia.

 

El domingo siguiente a Pentecostés se celebra la solemnidad de la santísima Trinidad, un solo Dios y tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

En una ocasión escuché decir a Monseñor John Martin, que en paz descanse, sacerdote que vivió con nosotros en Santa Brígida por muchos años, dijo él, “ busca a Dios, no busques respuestas a tus preguntas“ .

 

En esta reflexión voy a tratar de exponer cómo mi relación con cada una de las personas de la santísima Trinidad me ayuda a buscar a Dios.

 

Cuando estaba en “”high  school” uno de mis profesores Marianistas puso en mis manos un libro que en inglés se llama, “Many are one“.    Explicaba de manera sencilla la doctrina del Cuerpo Místico de Cristo. Sencillamente, que todos somos uno en Cristo, que San Pablo al caer en cuenta en esta realidad, exclama, “ ahora vivo ya no yo, sino que Cristo vive en mí“.

 

De ese momento en adelante la presencia de Jesús en mí comenzó a hacerse sentir en mi vida  No puedo decir que siempre haya sido fiel a esa presencia pero por su gracia, la gracia de Dios y la fuerza del espíritu Santo lo he tratado de tenerla presente en mi vida y he tratado de recordar que no solamente está presente en mí sino en toda persona con quien me relaciono, especialmente en los pobres y los menos atractivos. Una vez más no puedo decir que he vivido esta realidad siempre…

 

Se ha dicho que el Espíritu Santo es la persona olvidada de la Santísima Trinidad. Mi devoción al Espíritu Santo comenzó más tarde, no recuerdo exactamente cuando.

 

En un momento de gracia llegué a comprender, a hacer parte de mi vida que se nos da el don del Espíritu Santo en el Bautismo y que se afirma ese regalo de Dios en la Confirmación.

 

Recuerdo que un día cuando viajaba a algún sitio por avión, recurrí al espíritu Santo. “ Espíritu Santo, Ruá. aliento de Dios, brisa de Dios, levanta este avión “.

 

Invoco al Espíritu Santo en toda clase de situaciones. En las pequeñas insignificantes,y en momentos de gran necesidad. Un pequeño ejemplo:  el otro día trataba de encontrar en una  gaveta de mi escritorio un alfiler con el símbolo de la paloma del Espíritu Santo para regalar a una persona que iba a confirmarse. Invoqué al Espíritu Santo para que me ayudara a encontrarlo. No lo encontré pero encontré una crucecita que andaba buscando. No solamente encontré el objeto, la crucecita, sino que al siguiente día reflexionando en lo que había ocurrido comprendí el símbolo, encontré la Cruz, el camino a la Resurrección 

 

Escuchamos en el evangelio de San Juan, “ si me amas cumplirás mis mandamientos y mi Padre te amará y vendremos a ti y estableceremos en ti nuestra morada “.

 

La manera de amar a Dios, uno y trino, es amándonos a nosotros mismos y amando a los demás con ese mismo amor. Amamos al prójimo porque él y ella también son templos de la Divina Majestad.

 

Te deseo que la celebración de la solemnidad de la Santísima Trinidad te ayude a caer en cuenta de la presencia de la Santísima Trinidad en tu corazón.  ¡ Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean glorificados en todas partes por la Inmaculada virgen María!

 

El caballero de Nuestra Señora

 

 

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