¡Resucitó!
“He venido para que tengan vida,
vida en abundancia”
¡Resucitó, Aleluya!
Alegría porque resucitó. Se dice
que nosotros, la gente que habla español tanto en la vieja España como eh el
llamado Nuevo Mundo, somos gente de Viernes Santo. Gente que vive a cabalidad los misterios de
la Pasión y Muerte de Nuestro Señor y que los sentimos en lo más profundo de
nuestro ser. Testigo de esta vivencia
son las procesiones. Algunas son muy famosas cono las de Sevilla en España o
las de la Antigua en Guatemala. Pero lo
cierto es que tanto en nuestras grandes ciudades como en nuestros pueblos, la
Semana Santa se celebra con gran solemnidad.
Y esa tradición la hemos traído a nuestras comunidades de los Estados
Unidos – al Bronx, a Brooklyn, a Hempstead y a Brentwood y a Santa Brígida.
Pero
gracias a Dios y al buen trabajo de sacerdotes, religiosas, diáconos y laicos
comprometidos y bien informados, cada día se va entendiendo más y mejor que la
celebración de la Pascua de Resurrección es la fiesta más importante del año. Porque tal como dice San Pablo, “si el Señor
no hubiese resucitado, en vano sería nuestra fe”. Evidencia de que nuestro Pueblo va
entendiendo es la gran cantidad de gente que llega a celebrar la GRAN NOCHE, la Vigilia de Pascua y
que el número de los que llegan a las Misas simultáneas del domingo de Pascua
es prácticamente igual a los que llegan el Domingo de Ramos. Gracias a Dios porque nuestra fe crece y se
fortalece basada en la Palabra.
En
las lecturas que narran el más grande misterio de nuestra fe, encontramos que
los discípulos no reconocen inmediatamente al Maestro. Toma un acto de fe de su parte igual que
requiere una gran fe de nuestra parte creer.
La Iglesia nos da cincuenta días para celebrar, para
recordar, para ejercitar nuestra fe, para profundizar en y vivir este gran
misterio. Aprovechemos este tiempo glorioso porque resucitó y Él es nuestra
alegría y nuestro gozo.
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