…se compadeció de ellas

Este próximo domingo 18 de junio, 20 23, domingo XI del tiempo ordinario es también el día de los Padres aquí en los Estados Unidos al igual que en algunos de nuestros países latinoamericanos.

 

La festividad del día y el pasaje del Evangelio me ha hecho reflexionar sobre la paternidad en general y sobre la persona de mi papá, que en paz descanse.

 

Mi papá tenía una farmacia, pequeña, no como las mega farmacias de hoy día, como Walgreens o CVS. Era pequeña, constaba de un mostrador de cristal y unos escaparates. 

 

Hasta que yo tenía siete años de edad, vivíamos en las habitaciones en la parte de atrás de la farmacia.

 

Esto facilitaba que si alguna persona, a cualquier hora de la noche, necesitaba medicinas con urgencia. sencillamente tocaba a la puerta y mi padre se levantaba y respondía a la necesidad.

 

Cuando yo tenía unos siete años, mis padres compraron una casa acorta distancia de la farmacia, a un bloque y medio. Recuerdo que mi abuela le dijo a mi papá, “ahora ya usted no se va a levantar por la noche para atender los que le soliciten. ¿verdad? “. Pero mi padre continuó haciéndolo, se levantaba, caminaba hasta la farmacia y atendía al que necesitara medicinas, a cualquiera hora de la noche.

 

En el evangelio de hoy, San Mateo nos narra como Jesús se compadece de la multitud, de las necesidades de aquella gente porque “andaban extenuadas, desamparadas como ovejas sin pastor “.

 

Jesús pide a los discípulos que recen, que pidan al Dueño de la mies que mande trabajadores a sus campos.

 

 Como respuesta a esta oración, Jesús envía a los doce a llevar el amor de Dios, su P adre y nuestro Padre, a las multitudes necesitadas. Ellos irán ahora a poner en práctica lo que habían visto a Jesús realizar.

 

Ya no serían sencillamente testigos de como Jesús hacia realidad el amor de Dios entre las personas necesitadas de sanación.

 

. Ahora ellos mismos realizarían semejantes obras; curarían a los enfermos, resucitarían a los muertos y expulsarían a los espíritus impuros. Esto es, harían el amor de Dios, nuestro Padre, presente entre aquella gente, aquella multitud por la cual Jesús sintió compasión.

 

¿Que nos está diciendo Dios a ti y a mí en este día de los padres, 20 23, en este domingo XI del tiempo ordinario?

Nos está diciendo que al igual que aquellos 12, también nosotros que somos hijos bien amados del Padre, tenemos la obligación de responder a las necesidades de nuestros semejantes, del Pueblo de Dios. Y de esa manera hacemos presente su amor en el mundo.

 

¡Feliz día de los padres!

 

“El Caballero de Nuestra Señora”