Wednesday, March 15, 2023

 

CREO, SEÑOR

 

Entre las curaciones milagrosas que hace Jesús devolviendo la vista a ciegos, mi favorita es la curación de Bartimeo.  Éste insiste en que el Señor le atienda y una vez curado, abandona todo y sigue a Jesús por el CAMINO. Es notable que Bartimeo deja su túnica, la posesión más preciada que tiene. La túnica no solamente es vestimenta para cubrirse y para protegerse del frío, sino también para sentarse a la orilla del camino. Abandona todo lo que tiene y sigue a Jesús.

 

 

En el evangelio de hoy, el ciego cuyo nombre no sabemos porque de esa manera todos podemos identificarnos con el, no sabe quién es Jesús. Por tanto, el no pide ser sanado de su ceguera.   Es Jesús el que  llama a este ciego para que mediante su  cura se manifieste la gloria de Dios.

 

Jesús hace lodo y lo aplica a los ojos del ciego. Dios Padre hizo lodo para crear a Adán. La acción de Jesús nos recuerda la creación. Y el mandar al ciego a lavarse en la fuente de Siloé, nos recuerda nuestro bautismo que nos abre los ojos a la fe.

 

      Cuando el ciego da testimonio ante los ancianos y fariseos que quien lo curo tiene que ser de Dios porque solamente Dios puede hacer semejantes maravillas, ellos lo arrojan de la sinagoga.

 

Enterado Jesús, lo busca y lo llama por segunda vez. El ciego exclama, “ creo Señor” y postrándose, lo adora.

 

¿ cuántas veces nos ha llamado Jesús a ti y a mi ?  ¿ A que nos ha llamado?   Ciertamente, nos ha llamado a transformarnos, a convertirnos.  a cambiar, a ver nuestra vida bajo una nueva luz; a la luz de la fe, nuestros ojos abiertos a la Palabra

 

 Pero creo que por el hecho que eres parte de un grupo de oración o por lo menos, por el hecho que estás leyendo esta reflexión, pienso que buscas una mayor intimidad con Jesús.

 

¿ cómo se logra esa mayor intimidad con Jesús?  La sagrada escritura no nos dice que hizo el ciego después de postrarse y adorar al Señor. Podemos conjeturar que se convirtió en uno de sus discípulos después de hacer tan bello acto de fe. De Bartimeo, si sabemos que siguió a Jesús por el camino. ¿Cómo serían las conversaciones entre estos ciegos sanados y el Señor?

 

El secreto para lograr la intimidad con Jesús consiste en dejarse encontrar por Jesús en la oración. A menudo nuestra oración consiste de la recitación de oraciones que hacemos de manera rutinaria mientras nuestra mente, nuestra imaginación y nuestra memoria andan por otros lugares.  Si queremos dejarnos encontrar por Nuestro Señor para calmar la sed de Dios que sentimos, tenemos que dedicar momentos durante el día a renovamos en su presencia y algunos minutos diarios a retiramos a un lugar tranquilo y silencioso donde podemos escucharle.

 

 Hay que permitir que sea El el que hable, el que nos encuentre, el que esté en control de nuestra oración. Que nuestra actitud sea, “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”.

 

 ¡Que así sea!

 

El caballero de Nuestra Señora

 

 

No comments:

Post a Comment